Creo que uno si puede hacer la diferencia si cree que puede realizar sus sueños y se compromete en vivir una vida con sentido.
Aquí comparto historias de personas que han vivido con pasión y convertido sus sueños en realidad. También quiero compartir reflexiones y el trabajo de organizaciones que nos ofrecen alternativas y apoyo.
Con este blog quiero ayudar a que todos descubramos nuestra pasión y nos comprometamos con ella para hacer, uno a uno, la diferencia.

jueves, 22 de julio de 2010

La confianza es la mayor inteligencia

¿Por qué no confían las personas?

Porque no confían en su inteligencia. Tienen miedo, tienen miedo de ser engañados. Tienen miedo; por eso dudan. La duda surge del miedo. La duda surge de una especie de inseguridad en tu propia inteligencia. No estás tan seguro como para confiar y actuar desde la confianza. La confianza precisa de una gran inteligencia, coraje, integridad. Para poder entrar la confianza en ti, necesita que haya un gran corazón.

Si no eres demasiado inteligente, te proteges con la duda!!!.

Si eres inteligente estás preparado para penetrar en lo desconocido, porque sabes que, aunque desaparezca todo el mundo conocido y estés en lo desconocido, serás capaz de instalarte ahí.

Confías en tu inteligencia. La duda está en guardia; la inteligencia se mantiene abierta porque sabe que «pase lo que pase, será capaz de aceptar el desafío, será capaz de responder de una forma adecuada». La mente mediocre no tiene esa confianza en sí misma. El conocimiento es mediocre. Cuanto más sepas, más sabrás que queda mucho por saber.

Dentro de ti hay un corazón que ve, que siente, pero que no tiene piernas; no puede correr. Se queda ahí donde está, latiendo, esperando… algún día el intelecto lo entenderá y será capaz de usar los ojos del corazón.

Cuando digo la palabra confianza… me refiero a los ojos del corazón. Cuando digo la palabra duda me refiero a las piernas de vuestro intelecto. Ambas pueden salir juntas del fuego sin ningún problema.

Pero recuerda, el intelecto tiene que aceptar, llevar al corazón sobre sus hombros. Tiene que hacerlo. El corazón no tiene piernas, sólo ojos, y el intelecto tiene que escuchar al corazón y obedecer sus indicaciones. En manos del corazón, el intelecto se vuelve inteligente.
Es una transformación, una transformación absoluta de energía.

Ahora la persona no se vuelve intelectual, simplemente se vuelve sabia.

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