Creo que uno si puede hacer la diferencia si cree que puede realizar sus sueños y se compromete en vivir una vida con sentido.
Aquí comparto historias de personas que han vivido con pasión y convertido sus sueños en realidad. También quiero compartir reflexiones y el trabajo de organizaciones que nos ofrecen alternativas y apoyo.
Con este blog quiero ayudar a que todos descubramos nuestra pasión y nos comprometamos con ella para hacer, uno a uno, la diferencia.

jueves, 22 de julio de 2010

Jesús León Santos reforestando Oaxaca

Esta es la historia de un mexicano.

Si ellos pudieron lograr su sueño y dar esperanza a la humanidad, tu también puedes hacerlo “Uno si hace la diferencia”

¿Ya empezaste a pensar cual va a ser tu “granito de arena”?

Pocos lo saben, pero existe un premio tipo "Nobel" de Ecología, que hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medioambiente de 72 países, es "Premio Ambiental Goldman"

Este año se lo otorgaron a Jesús León Santos de 42 años, un campesino indígena mexicano que ha estado realizando, durante los últimos 25 años, un excepcional trabajo de reforestación en su región de Oaxaca, México.

A Jesús León Santos se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol". Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos, desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.

Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer los campos. Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas que le enseñaron unos indígenas guatemaltecos.

¿Cómo llevar el proyecto a cabo? Haciendo revivir una herramienta indígena también olvidada: El tequio, el trabajo comunitario no remunerado. Reunió a unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la erosión.

Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil. Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico, plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.

Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria. Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región, sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es de las más resistentes a la sequía.

Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido. Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.

Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y siembran unos 200.000 árboles anuales. Cada día hacen retroceder la línea de la desertificación.

Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos de madera y utensilios de uso corriente.

Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento, de más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia para el riego de invernaderos familiares orgánicos.

El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario